Muchos aficionados al motor suelen decir la típica frase de que "la línea recta no es divertida". En parte es una afirmación muy cierta, ya que para un amante de los coches circular por una buena carretera de montaña a una velocidad normal no es comparable con hacerlo por una autopista, por mucho que en las vías rápidas se pueda pisar el acelerador con más fuerza.
Las buenas carreteras de montaña son muy apreciadas por los aficionados, y ya hemos conocido algún caso anterior como el Paso del Stelvio, en Italia. Pero en esta ocasión nos vamos hasta Noruega para conocer una de las carreteras más especiales del mundo, que no discurre entre acantilados o montañas de varios miles de metros, si no que lo hace exactamente por encima del mar.
La Carretera del Atlántico es un tramo de apenas 8 kilómetros entre las poblaciones de Kristiansund y Molde, los dos principales núcleos urbanos en la provincia de Møre og Romsdal en la Noruega de los Fiordos, situada en la costa oeste del país y a unos 600 kilómetros de Oslo.
Al parecer, la idea de construir una carretera que uniera ambas poblaciones data de finales del siglo XIX, ya que la escarpada costa noruega hacía muy difíciles las comunicaciones que no fueran en barco. Así fue como en 1935 se presentaron los primeros bocetos de la Atlanterhavsveien, pero no sería hasta 1989 cuando esta espectacular carretera sería inaugurada.
Desde entonces, si por algo destaca la carretera es por haber sido reconocida como carretera turística nacional a causa de la arquitectura de su trazado, que como se puede ver en las imágenes son una auténtica obra de ingeniería gracias a sus curvas imposibles. Además, los servicios turísticos de la zona indican que durante el recorrido, que cuenta con varios miradores para disfrutar de la zona, se pueden divisar a lo lejos focas e incluso ballenas.
La ruta discurre entre pequeños islotes que se comunican mediante un total de 8 puentes. El más conocido es el Puente Storseisundet, construido siguiendo un trazado curvo que lo convierte casi en una obra de arte. Por si fuera poco, su altura se eleva hasta los 23 metros, para permitir que los barcos puedan circular por debajo aún en épocas de marea alta.
¿Os suena haber visto antes este puente? Es muy posible, ya que han sido bastantes las marcas de automóvilesque han elegido la Carretera del Atlántico como escenario para sus anuncios. Uno de los más recordados es el paso del Mercedes AMG SLS E-Cell (100% eléctrico) por la ruta noruega más famosa. No hay mejor manera de conocer la carretera.
Muchos turistas eligen viajar por la Carretera del Atlántico en época otoñal para experimentar las tormentas enfurecidas que la azotan. Aunque se debe ir con mucha precaución, ya que los propios trabajadores de la construcción experimentaron nada menos que 12 tormentas extremadamente violentas durante el proceso de construcción. Ser el primer obstáculo que encuentra el mar antes de chocar con la costa noruega no garantiza una vida plácida para esta construcción.
Y por si los 8 kilómetros de carretera no fueran suficiente atractivo, la ruta se puede completar con el paso por el Túnel del Atlántico, que con sus 250 metros por debajo del nivel del mar es uno de los túneles más profundos del planeta.
¿Sabéis lo mejor de todo? Que la Carretera del Atlántico está apenas a unos kilómetros de la otra ruta por antonomasia del país, la Trollstigen (escalera del Troll).
Por lo tanto, podemos hablar de la Carretera del Atlántico como la ruta ideal para los amantes de circular de manera relajada por unos paisajes de ensueño. Aunque nosotros, puestos a elegir, tal vez elegiríamos recorrerla en medio de una buena tormenta. ¿Y vosotros?