En el mundo del cine, son muchos los coches que han elevado su fama gracias a su aparición en películas míticas: el Aston Martin DB5 de James Bond, el Ferrari Testarossa de Miami Vice, el Alfa Romeo Duetto Spider de El Graduado…
Pero más allá de los ejemplos clásicos, muchas cintas cuentan con participantes automovilísticos que han quedado en el olvido. Y este es el caso que os presentamos a continuación, porque… ¿recordabas que en una de las películas más queridas de los años 90 un Lotus Esprit tenía un papel destacado?
Pretty Woman es una película que, tanto por el carisma de sus protagonistas como por la sencillez de la historia, ha transcendido como una de las comedias románticas más exitosas jamás realizadas por la industria de Hollywood.
En esta cinta dirigida por Garry Marshall, Julia Roberts (Vivian) interpreta el papel de una prostituta que seduce al exitoso hombre de negocios Richard Gere (Edward) para que le lleve a su lujoso hotel. Lo que ninguno de los dos esperaba es que surja una fuerte química entre ellos, que hará que Edward y Vivian disfruten de un pequeño idilio en el que ella podrá experimentar, por primera vez, las ventajas y la mezquindad de la clase alta.
Y aunque la película esté llena de escenas icónicas, de alguna manera, el coche es protagonista involuntario de la historia, pues es la poca habilidad de Edward al volante del deportivo británico la que hace que se detenga en pleno centro de Hollywood Boulevard y conozca a Vivian.
Tras un corto intercambio de opiniones, Vivian accede a subir al coche para guiar a Edward hacia Beverly Hills, pero en cuanto se ponen en marcha, Vivian se descubre como una auténtica apasionada de los deportivos y empieza así a aconsejar al protagonista durante su conducción.
Edward, acostumbrado a ocupar las plazas traseras de una limusina, no es capaz de dominar los aproximadamente 260 CV del vehículo, así que la insistencia de Vivian hace que decida cederle el volante de esa preciosa máquina y, juntos, vivan una experiencia que demostrará esa relación amor-odio que surge desde el primer momento.
La unidad utilizada en la película corresponde al Lotus Esprit SE de 1989, un coche que atesora los siguientes datos de rendimiento:
- Potencia: 264 CV
- Motor: 4 cilindros en línea
- Par motor máximo: 354 Nm
- Aceleración de 0 a 100 km/h: 4.7 segundos
- Peso: 1305 kg.
Este coche fue, por muchos motivos, un punto de inflexión en la trayectoria de Lotus como uno de los fabricantes de deportivos más importantes del Reino Unido. El Esprit SE nació como el Lotus más potente hasta la fecha, y equipaba avances mecánicos tan importantes como el intercooler, y una mejora de acabados en el habitáculo para acercarlo al segmento de los deportivos premium.
Además, se dice que marcas tan prestigiosas como Ferrari declinaron la oportunidad de aparecer en la película, mientras que Lotus aceptó encantada la propuesta y facilitó el modelo, algo que sirvió de promoción del recién estrenado coche.
Como anécdota de rodaje, el equipo técnico recuerda que el vehículo fue conducido en las escenas de “acción” por una especialista. Y tras dos tomas de un derrapaje que se ve durante la película, la especialista indicó que en una tercera toma podría lograr un mayor ángulo y espectacularidad. Lamentablemente, el intento no se realizó de forma correcta, el coche tocó un bordillo y causó daños valorados en unos 20.000 dólares.
Sin duda, la escena del Lotus Esprit nos regaló un gran momento en el que Julia Roberts, aún con su atrevido vestuario y sus tacones de aguja, demuestra cómo se conduce un coche tan sugerente y espectacular como el Lotus Esprit. ¿Lo recordabas?