En el año 2004 se estrenó en cines la película “Yo, robot”, un film de ciencia ficción dirigido por Alex Proyas y protagonizado por Will Smith. La película logró un gran éxito de taquilla en todo el mundo, pero 10 años después lo que nadie puede discutir es que si por algo es recordada “Yo, robot” es por el espectacular coche conducido por el protagonista. Se trata delAudi RSQ Concept, un vehículo que la marca alemana diseñó en exclusiva para la película, y que acabó siendo la semilla del conocido Audi R8.
De esta manera Audi hacía historia, siendo la primera marca generalista que diseñaba un vehículo únicamente para aparecer en una película. Es cierto que son muchos los coches han tenido un papel muy importante en el cine, pero Audi quiso ir un paso más allá y puso a trabajar a su equipo de diseño en busca del vehículo perfecto para la ambientación de la película, situada en la ciudad de Chicago en el año 2035.
El encargo no era nada fácil, ya que una película futurista siempre exige que se presenten vehículos modernos, a lo que se sumaba el hecho de que el coche tenía que ser reconocido como un Audi desde el primer momento.
Esto convirtió la creación del RSQ Concept en todo un reto para los diseñadores, que decidieron incorporar el frontal y la parrilla con los característicos cuatro aros que equipaban sus modelos en el año 2004. Todo un riesgo, ya que aquello podía suponer que el coche perdiera parte de su carácter extremo y futurista.
Pero cuando el coche fue presentado en exclusiva en el Salón del Automóvil de Nueva York en abril de 2004, las caras de los presentes dejaron claro que la marca había logrado su objetivo con creces. De esta manera surgió unsuperdeportivo del futuro que, por otro lado, mantenía en todo momento la esencia Audi.
Tras muchas dudas finalmente la compañía, en colaboración con la 20th Century Fox, diseñó un coche biplaza de gran potencia y de color plateado que acabaría teniendo casi tanto protagonismo en pantalla como el propio Will Smith.
El interior del vehículo también fue diseñado íntegramente por la firma alemana, que lo dotó con toda la tecnología futurística a su disposición, sin olvidar la incorporación del sistema Multi Media Interface (MMI) que equipa cualquier coche de esta marca. De nuevo, rasgos futuristas mezclados con elementos de la época actual.
Por supuesto, hubo algunos aspectos en los que Audi dejó volar la imaginación: las puertas con abertura estilo “alas de mariposa”, las esferas en lugar de ruedas convencionales, las entradas de aire sobredimensionadas… todo ello para dar un aspecto de película a un deportivo único e inolvidable.
Como curiosidad, en los años 2003 y 2004 la marca alemana ya trabajaba en la primera versión del que acabaría siendo el deportivo por excelencia de la gama, el Audi R8, de manera que recopiló todo el trabajo realizado para el RSQ y lo aplicó en el diseño del Audi Le Mans quattro, un prototipo que asentaba las bases del futuro R8.
