“Correr es mi vida. Todo lo de antes y después, puede esperar”. El gran actor Steve McQueen marcó una época en Hollywood. El valiente estadounidense, conocido por ser todo un antihéroe dentro y fuera de la gran pantalla, fue uno de los artistas más reconocidos de los años 60 y 70 y su actitud no dejaba a nadie indiferente.
Y por encima de todo, McQueen era un apasionado del mundo del motor y nunca quiso esconder su afición a rodar con las motos y los deportivos más especiales del momento.
Saltó a la fama gracias a actuaciones memorables en películas como La Gran Evasión, pero cualquier aficionado a los coches le recordará mayoritariamente por su papel protagonista en dos obras maestras: Bullitt (1968) y Le Mans (1971). En la primera se puso al volante de los muscle-car americanos y nos regaló una de las mejores persecuciones en coche jamás rodada en el cine, mientras que en la segunda cumplió su sueño de realizar un film sobre la carrera más famosa y peligrosa del mundo: las 24 Horas de Le Mans.
El film de Lee H.Katzin nos descubría al piloto americano Michael Delaney, un claro alter ego de McQueen, y la película fue rodada en gran parte durante la propia carrera. Un film imprescindible que en muchos aspectos cambió la vida del actor, como se puede descubrir en el interesante documental recientemente estrenado en nuestro país, Steve McQueen: The Man & Le Mans.
En este artículo hemos querido homenajear al bravo actor de Indiana descubriendo algunos de los coches más interesantes que pasaron por su exquisita colección privada, que llegó a alcanzar los más de 50 coches y 200 motos. Porque McQueen siempre fue un referente dentro y fuera de los rodajes.
Jaguar XK-SS
Uno de los auténticos amores de McQueen, de quien se dice que le gustaba conducir este coche rápido, muy rápido. Tanto, que se comenta que recibió multas de velocidad suficientes para suspender su licencia de conducir en dos ocasiones. El Jaguar XK-SS era la versión de calle del D-Type y era tan exclusivo que la firma británica solo tenía previsto fabricar 25 unidades. Lamentablemente un incendio en la fábrica de la marca hizo que 9 de los 25 chasis no se pudieran completar.
McQueen adquirió el Jaguar XK-SS en 1959, lo vendió diez años después pero sus grandes recuerdos a manos del deportivo británico le hicieron recomprarlo y mantenerlo en propiedad hasta su muerte, en 1980.
Mercedes-Benz 300 SL
El buen gusto de McQueen a la hora de elegir monturas queda claro también con este modelo. El mítico Alas de Gaviota, en su versión descapotable, fue una adquisición del actor a mediados de los años 60, poco después de triunfar en Hollywood con La gran evasión. Uno de los coches más bellos de la historia.
Ferrari 250 GT Berlinetta Lusso
A McQueen también le encantaban los deportivos italianos, así que podéis imaginar su cara cuando su primera mujer le hizo este precioso regalo para celebrar su 34º aniversario.
El Lusso era la versión de lujo de la serie Ferrari 250 GT y su carrocería estaba elaborada por el carrocero Scaglietti. Hace unos años fue subastado en los Estados Unidos superando sobradamente los 2 millones de dólares.
Lotus 11
Este deportivo desarrollado por Lotus en los años 50 fue el primer coche de carreras con el que McQueen descubrió el automovilismo. Lo cambió por un Porsche y con él venció en varias carreras. El propio actor decía que “en este Lotus empecé a ser realmente competitivo. En aquel momento empezaba a a descubrir de qué iban las carreras”.
Siata 208S
Cuando McQueen se mudó a California uno de sus primeros caprichos fue adquirir un Siata 208S, un deportivo italiano simpático y rápido y no demasiado excesivo. En su interior escondía un motor Fiat V8 de 2 litros. Con este vehículo realizó sus primeras carreras de club en circuitos como el de Palm Springs.
Mercedes-Benz 300 SEL
En 1972 McQueen se hizo con un impresionante Mercedes-Benz 300 SEL 6.3, en aquellos momentos la berlina más rápida del mundo, acelerando de 0 a 100 km/h en poco más de 6 segundos. Su transmisión automática, su motor V8 y sus grandes prestaciones le hicieron uno de los coches fetiche del actor. La unidad salió a subasta en 2007.
Además de contar con tan exquisita selección de automóviles en su garaje, McQueen realizó en alguna ocasión tareas de probador de vehículos para revistas tan prestigiosas como la Sports Illustrated.
Así, el actor nunca tuvo inconvenientes en exprimir en circuito los mejores deportivos del momento, tales como el Jaguar E-Type, el Ferrari 275 GTS, el Aston Martin DB5 o el Alfa Romeo Duetto Spider, entre otros.
En el próximo número de Q by QUADIS, la revista trimestral de la red de concesionarios QUADIS, podréis descubrir un exclusivo reportaje dedicado a Steve McQueen.
Fuentes: mcqueenonline.com, jalopnik.com, airows.com, coches.com, mycarquest.com