Los sistemas avanzados de asistencia a la conducción (ADAS) continúan su evolución tecnológica y expansión en el mercado automotriz. Sin embargo, un reciente análisis realizado por Carglass® revela una brecha significativa entre el desarrollo de estas tecnologías y el conocimiento que tienen los conductores sobre su funcionamiento.
La formación, asignatura pendiente
Los datos son reveladores: solo el 25% de los conductores lee el manual de usuario para informarse sobre las funciones ADAS, mientras que únicamente el 20% recibe información del vendedor. Más preocupante aún es que la tercera vía más común de aprendizaje sea el método de "ensayo y error" durante la conducción.
Limitaciones desconocidas
El desconocimiento de las limitaciones de estos sistemas es notable. Por ejemplo, el 27% de los conductores ignora que el aviso de salida de carril no alerta si el intermitente está activado, y el 79% desconoce que los asistentes de ángulo muerto no detectan vehículos a velocidades muy altas.
Comportamientos de riesgo
La combinación de desconocimiento y exceso de confianza genera conductas peligrosas. Un 29% de conductores se siente cómodo realizando otras actividades mientras usa el control de crucero adaptativo, y un 30% confía ciegamente en el sistema de detección de ángulo muerto sin realizar comprobaciones visuales.
Mantenimiento y calibración
Otro aspecto crítico es el mantenimiento de estos sistemas. Un tercio de los conductores desconoce que la frenada autónoma de emergencia depende de sensores que pueden verse afectados por suciedad o condiciones climáticas. Además, la recalibración tras la sustitución del parabrisas es fundamental para garantizar su correcto funcionamiento.
La desconexión voluntaria
Un fenómeno destacable es la tendencia a desactivar ciertos sistemas ADAS, especialmente entre conductores de edad avanzada. Los sistemas más afectados son el control de crucero adaptativo y el asistente de mantenimiento de carril, considerados por muchos como demasiado intrusivos.
Falsa sensación de seguridad
Se identifican dos escenarios preocupantes: conductores que utilizan sus vehículos con sistemas ADAS desactivados sin saberlo, y aquellos que, acostumbrados a estas ayudas, mantienen comportamientos relajados al conducir vehículos que no las incorporan.