09/08/2023
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Saber ver y mirar cuando estamos al volante.

 

El verano es la época del año en la que se producen más desplazamientos por carretera. La DGT estima que solo en los meses de julio y agosto se producirán 95 millones de viajes de largo recorrido, y los desplazamientos cortos a nivel local son innumerables. Por eso, el verano es también el momento en el que los conductores debemos extremar las precauciones para evitar sufrir un accidente.

Uno de los factores de riesgo más importantes es la falta de visibilidad. El exceso de sol, la suciedad, los insectos… En este artículo vamos a repasar cuáles son las dificultades más comunes a las que podemos enfrentarnos en estos meses y a repasar algunos sencillos consejos para aumentar la seguridad.

1. Utilizar gafas de sol homologadas y de calidad

El sol es siempre el gran protagonista del verano. Para optimizar la seguridad, evitar accidentes y lesiones oculares, lo mejor es conducir con unas gafas de sol de calidad, limpias y sin rayas. Sobre todo, en el caso de las personas con ojos claros y los conductores profesionales.

2. Conducir también con la mirada

Este verano seguramente vas a conducir por carreteras que no conoces, tal vez en situaciones de tráfico intenso. Una de las claves para poder reaccionar rápidamente ante cualquier imprevisto y anticiparnos a posibles riesgos es contar con una correcta estrategia de exploración visual:

  • Mirar a lo lejos. De esta manera diriges el coche con más rectitud y puedes anticiparte a lo que pueda suceder.
  • Hacer barridos de mirada transversales, de lado a lado. Sobre todo, en ciudad o en carreteras con muchas incorporaciones.
  • Hacer barridos de mirada longitudinales, desde cerca hacia lejos. Sobre todo, en autopistas y autovías.
  • Usar la visión periférica. Para detectar imprevistos con el rabillo del ojo.
  • Recordar que vamos hacia donde miramos. Si te encuentras en una situación de peligro, dirige la vista hacia los puntos de escape.

3. Cuidado con el limpiaparabrisas

Hay que ser especialmente cuidadoso a la hora de usar el limpiaparabrisas, porque la suciedad y los reflejos del sol nos pueden dejar a ciegas unos segundos (y a 120 km/h, recorremos más de 30 metros por segundo).

4. Más horas de conducción nocturna

En las vacaciones de verano también solemos conducir más por la noche. En estas condiciones, el conductor medio ve reducida su agudeza visual en un 70% y sufre una importante pérdida de profundidad visual, capacidad para medir distancias y visión periférica.

Aparece además el riesgo de deslumbramientos, que pueden cegarnos entre 3 y 20 segundos y ser muy peligrosos.

5. Limpia los insectos y la arena correctamente

Los insectos, el polvo y la arena son tres de los principales enemigos de la visibilidad en verano. Es importante limpiar el parabrisas para evitarlo, pero la técnica debe ser diferente:

  • En el caso de los insectos, hay que usar los limpiaparabrisas regularmente para evitar que los restos se sequen y dañen las escobillas. Alerta al nivel del líquido limpiaparabrisas, porque ahora es más útil que nunca.
  • En el caso del polvo y la arena, por el contrario, no hay que activar los limpiaparabrisas ni los elevalunas, pues podrían dañarse y rayar los cristales. Lo ideal es llevar en el coche una garrafa llena de agua para hacer una primera limpieza superficial in situ.

6. Mima tu parabrisas

En verano es cuando más parabrisas se rompen por las temperaturas extremas y las diferencias térmicas. Un pequeño impacto se puede convertir rápidamente en una grieta que dificulta la visión. Acude al taller lo antes posible.

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