En la red vial española existen actualmente más de 32.700 travesías que suman una longitud total de 18.000 kilómetros. Para mejorar la seguridad y reducir la siniestralidad en estos tramos de carreteras supramunicipales que transcurren por poblados, la DGT ya ha empezado a implantar de forma progresiva su nueva Estrategia-T.
Dientes de león y líneas de borde quebradas son dos de las novedades con las que poco a poco vamos a tener que familiarizarnos. Vamos a verlo en detalle.
Qué son las travesías
Una travesía es un tramo de carretera interurbana que discurre por alguna población, urbanización o polígono industrial. Suelen tener un solo carril por sentido. Son espacios diversos, urbanos, periurbanos y de actividad económica, pero siempre a medio camino entre la carretera y la calle. En ellos coexisten, y en ocasiones entran en conflicto, el tráfico urbano y el interurbano. Por este motivo las travesías requieren un tratamiento viario coherente.
La DGT ha plasmado ahora en el documento Estrategia-T un nuevo marco que busca el equilibrio entre habitabilidad, seguridad vial y movilidad en este tipo de vías.
Qué cambios van a implantarse en las travesías
Estas son algunas de las principales actuaciones que la DGT ya está empezando a poner en marcha en algunas “travesías piloto” de toda España:
- Mejora y homogeneización en la señalización. Sobre todo, se revisará la falta de señales verticales en algunos tramos en los que o bien la señalización no es correcta o bien está incompleta. Además, hay travesías en las que la señal de travesía (S-500) “se pierde” entre otras muchas.
- Rediseño de las travesías para dotarlas de un tratamiento acorde con las diferentes funciones que cumplen. Por ejemplo, a través del estrechamiento de carriles, la instalación de almohadas y badenes o desvíos de trayectoria en la entrada de las travesías. Estas son maneras de obligar al conductor a reducir su velocidad y prestar mayor atención.
- Implementación de pavimentos diferenciados a través de colores y/o texturas. De nuevo, el objetivo es alertar al conductor de que circula por una zona donde aumenta el riesgo. Para ello se pintarán por ejemplo dientes de dragón y líneas quebradas en las travesías.
Se mantiene el límite de velocidad
Algo que no va a cambiar van a ser los límites de velocidad. La velocidad máxima genérica en las travesías se mantendrá en 50 km/h, igual que en las vías urbanas de dos carriles o más por sentido. En el caso de los vehículos que transporten mercancías peligrosas el límite se reduce a 40 km/h. Adicionalmente, en algunos casos los ayuntamientos podrán rebajar estas velocidades máximas.
Una norma en línea con las de otros países europeos
La Estrategia-T estará apoyada por una nueva normativa específica que la DGT ya está elaborando y que será similar a la de otros países europeos como Alemania, Francia, Holanda, Bélgica o el Reino Unido, que han sido pioneros en la implantación de nuevas técnicas de intervención en materia de control de la velocidad y adecuación de las vías al espacio en el que se insertan.